Y cuando te das cuenta
de que lo has perdido, pero esta vez del todo que otra puede estar besándolo en
este mismo instante, algo se mueve por dentro, las lágrimas te impiden sacar
esa sonrisa que todos adoran. No puedes más y quieres gritar que lo quieres más
que a tu propia vida, pero algo de repente se acaba al pensar todas esas cosas
que te hacen daño y que son difíciles de sacar de tu cabeza. Pensar que él a ti
no te quiere, que te ilusiona con todas sus palabras y que quizás ya no
volverás a escuchar un puto te quiero de él a tu oído, ese te quiero que
cambiaba todo en un segundo y justo ahí te das cuenta que ya nada tiene sentido,
que deseas desaparecer, que este mundo no es para ti y que nunca en la vida
encontrarás a alguien mejor que él, no encuentras motivos por el cual seguir en
pie, y vuelves a llorar, esta vez sin fuerzas para volverte a levantar. Porque
aún no entiendes como fue que todo cambio de la noche a la mañana de un todo al
nada, de un te amo a ser la persona más insignificante en su vida. Y entonces
entenderás que nunca le importaste, que quizás fuiste demasiado para él por eso
nunca te valoro.
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